Pablo Rivera, escultor por excelencia, presenta en su última muestra, Masa Crítica, un conjunto de piezas basadas en objetos cotidianos y la relación que establecemos con éstos, con la intención de acercarnos y sentirnos familiarizados con sus formas y funciones, para luego dislocar esa aproximación al presentarlos en el espacio de arte transformados en insospechadas y lúdicas variantes.

En la galería XS de Santiago el artista exhibió, como trabajo central, una instalación de grandes dimensiones que precisamente surge de experimentos con esos objetos comunes que nos rodean o son de fácil acceso, una suerte de “física doméstica” en la que se enuncian algunos lineamientos para una exploración del sentido y el sin sentido del habla, la formación de las palabras y su eficacia comunicativa. “La forma de comunicarse es mucho más intensa que el contenido”, concluye Rivera en relación con este trabajo que, con sus gargarismos y burbujeos de variado tenor, opera, en definitiva, como una especie de orquesta.