Exposición colectiva
Natalia Babarovic Antonia Daiber Pablo Ferrer Adolfo Martinez
Francisco Morales Kevin Parra Christian Yovane
-La caverna es una muestra transgeneracional, curada por la artista Natalia Babarovic, que reúne el trabajo de cuatro pintores –ella, Antonia Daiber, Pablo Ferrer, Francisco Morales–, junto a la obra en papel de Christian Yovane y los ensamblajes de Adolfo Martínez y Kevin Parra. Siete artistas con mucho oficio y poca estrategia: las similitudes a explorar siguen con la claridad, el humor, la falta de política y el exceso de conciencia.
“La Caverna es un poco nombre de discotheque o de club, remite a un lugar de debut de bandas desconocidas, y por supuesto a la cuestión de Platón y otras cuevas artísticas, desde Lascaux y Altamira”, escribe Natalia Babarovic en la definición de esta muestra. “Es también un escondite transgeneracional cuyo objetivo es indicar, recordar al observador, que aún hay vida subterránea en el arte, que no todo cambia como la ciudad y la muchedumbre a la luz del día. Somos un grupo de cavernícolas o, si se quiere, los últimos clientes de la disco La Caverna”.
Esta muestra invita a descubrir las coincidencias y diferencias en la obra de siete artistas en apariencia disímiles. Los une algo así como lo puro de su gesto, la excelencia técnica, la seriedad humorística, parecer extemporáneos e incluso anticuados. “Lo interesante es que en las técnicas de cada uno parece haber, respecto de la moda del momento, una especie de retroceso. Tal vez en el mismo momento en que la técnica en cuestion empezó su apogeo, la escultura, el pastel, la apropiación, el ensamblaje parecen revolucionarios”, agrega Babarovic.
En la muestra participan dos jóvenes “como heraldos del futuro”: Francisco Morales (1990), que mostrará nuevas trabajos de pintura ejecutados sobre cuadros previos –después de su brillante muestra Conflicto de interés (agosto 2017, Local). Kevin Parra (1992), ensamblador experimental que usa papeles y trabajos de sus estudiantes o propone objetos encontrados o inventados, levantará “Sísifo”, una suerte de roca, un objeto pesado y grande, sujetada en una varilla frágil, delgada y larga, además del ensamblaje “En este país no se mueve ninguna hoja sin que la este moviendo yo, que quede claro”.
Los más experimentados, o con obra conocida y visible, son Adolfo Martínez (1976), escultor, recolector y ensamblador que explora los límites de lo rural y lo suburbano: una sus piezas será un ave embalsamado que recoge o hace volar prendas movedizas. Christian Yovane (1977) presentará una variedad de la obra gráfica y sintética sobre papel, on formas que distorsionan la cultura pop, que caracteriza su trabajo. Antonia Daiber (1984) mostrará una serie de pasteles grasos sobre lija de diversos tamaños y colores (amarilla, roja y negra). “En estos pasteles aparece lo opaco, rasposo y matérico. Una vez más la representación se vuelve algo abstracta debido a la presencia material de los trabajos y a los encuadres fragmentarios escogidos”, señala Daiber. Como contrapunto incluirá pinturas al óleo líquidas, transparentes y livianas, también imágenes difusas y abstractas.
Pablo Ferrer (1977) presentará papeles grandes que muestran diferentes caídas (del árbol, del cielo, de la gloria) y una serie de pequeños cuadros sobre recuerdos de situaciones vistas junto al muro de su casa. Natalia Babarovic (1966), en tanto, mostrará una selección de sus series de pinturas sobre cartón, que combinan imágenes encontradas en fotografías con trazos y manchas hechos con spray o pigmentos puros, además de óleos sobre tela en gran formato.
Artistas
Natalia Babarovic (Santiago, 1966), pintora y licenciada en Arte en la Universidad de Chile. Ha expuesto su trabajo en Prospect and perspective, recent art from Chile, colectiva, San Antonio Museum of Art, Texas, 1997; Tombs and River, individual, Mafuji Gallery, Londres, 2000; en Santiago: 100 años de arte en Chile, colectiva, Museo Nacional de Bellas Artes, 2000; Cautiverio feliz, individual, Sala Gasco, 2005; Del otro lado, colectiva, Centro Cultural la Moneda, 2006; Novelita, individual, Galería Florencia Loewenthal, 2007; Campos cercados, con Pablo Ferrer, Galería Animal, 2008; Hufmann-Babarovic, Galería D21, 2010; Como desaparecer completamente, individual, MAVI, 2013; Performances, galería González y González, 2014; Instantáneas, 2015, y Encandilados, 2016, galería XS.
Durante más de veinte años ha realizado una investigación pictórica de la percepción de la realidad, que es también una investigación psicológica, epistemológica, ontológica del mundo. La fotografía cumple en esta investigación, el papel fundamental de prueba de existencia de ese mundo que es siempre pasado y de mapa lumínico de la escena desaparecida.
Antonia Daiber (1984). Licenciada en Artes Plásticas y magíster en Artes Visuales de la Universidad de Chile. Ha participado muestras colectivas como Croma, Artespacio, Santiago (2011); Cuchillo al agua, Galería Balmaceda, Santiago, y Topsy en Six D.O.G.S, Atenas (2010); Calibre 14, MAVI, Santiago (2009), Aprox, MAC de Quinta Normal (2007). Participa en las muestras bipersonales, Mirada móvil en Factoría Santa Rosa, Santiago (2015) y El Dorado en la embajada de Chile en Bélgica (2013). En 2016 participa en la feria Ch.ACO junto a la galería El caballo verde y en 2017 es invitada a la exposición 27 pintores en Galería XS. Presenta su primera muestra individual en 2010, Fuera de Campo, en Galería Isabel Aninat; en El caballo verde realiza Pintura de viaje (2011), Nubes altas (2014) y La hora del pintor (2017). En galería Artium presenta Traveling (2013) y en Centro de Extensión UC Nocturnos (2016).
Escribe: “Mi trabajo se ha vinculado al paisaje y a una representación incierta de éste. He utilizado diversos medios como la pintura, el dibujo, la fotografía, el video y la intervención. Un ánimo contemplativo y misterioso se manifiesta en los videos realizados a través de capturas fijas carentes de sonido y narración. En estos registros aparece un fragmento de paisaje aparentemente inmóvil; el vuelo de un insecto, la respiración de un cuerpo o el movimiento de una rama seca transforman estas capturas en fotografías vivas.
Por otra parte, las pinturas y los dibujos son en su mayoría difusos, atmosféricos y están casi siempre al límite de la abstracción; por medio de manchas líquidas o achurados vibrantes se va conformando una imagen difusa, un paisaje sin línea de horizonte. En estos trabajos aparece la materialidad del medio escogido, la presencia del color y su vibración por medio de mezclas ópticas. En este sentido podrían emparentarse a los videos en los que el pixel vibra a través de la mezcla óptica que conforma la imagen digital”.
Pablo Ferrer (1977). Artista visual, licenciado en Artes Visuales, mención pintura, Universidad de Chile (2002). Magíster en Artes visuales de la misma institución (2003- 2004). Académico de la Universidad de Chile. Ha obtenido el FONDART los años 2002, 2005 y 2015. Ha exhibido individual y colectivamente en Chile y en el extranjero. Dentro de Chile ha expuesto en espacios como Matucana 100, Galería Animal, Gabriela Mistral, Muro Sur, D21, Sala Sam, MNBA, en la primera Trienal de Chile en el MAC, entre otros. En el extranjero ha participado en diversas ferias de arte y en muestras colectivas en Ciudad de México, Atenas, Bruselas, Lima, Buenos Aires, Bogotá, Madrid y Berlín.
Escribe: “Mi producción visual ha estado centrada en la pintura y en una reflexión constante en torno a la representación. Mis pinturas toman como punto de partida la idea de que toda imagen arrastra un pasado sedimentado que retorna en ella. Por otro lado he
indagado en diversos modos de construcción de escenas en las que se mezclan el uso de
la maqueta y el collage. De esta forma he buscado establecer diversas aproximaciones al
estatuto del modelo en la pintura. En paralelo he realizado una investigación con medios como el video, explorando aquellos aspectos temporales que no se podían enunciar elocuentemente dentro del campo de la pintura”.
Adolfo Martínez (Santiago, 1976). Artista visual y docente. Licenciado en Arte y Magíster en Artes Visuales en la Universidad de Chile. Desde 2002 hasta la fecha se desempeña como profesor del área de escultura en la misma institución. Además de ejercer la docencia, ha tenido una prolífica producción de obras en múltiples exposiciones, en galerías como Gabriela Mistral, D21, Animal, Museo de Arte Contemporáneo, Museo Histórico Nacional, Sagrada Mercancía, La Palmilla Oriente, Museo Nacional de Bellas Artes o centros culturales como CCU, MAVI, Casa Plan, Concreta Matucana 100 y Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos.
La obra de Martínez indaga en torno a la inminente transformación de la ruralidad que colinda con la urbe, donde sus límites en cuanto a territorio e identidad se hibridan, conformando la irrupción violenta de un nuevo imaginario suburbano. Su propuesta visual establece vínculos interdisciplinarios desde lo escultórico, lo cual lo ha llevado a explorar otros lenguajes como la fotografía o la intervención de objetos encontrados.
Francisco Morales V. (Santiago, 1990). Pintor. Ha exhibido parte de su trabajo en No estaré para contarlo (Bikini Wax, México DF, 2017); Conflictos de interés (Local Arte Contemporaneo, Santiago, 2017), Christina Ricci (BECH, 2016), The Fellas (Espacio Falso, 2015), Aquí no está (Macchina, 2014), Común & Corriente (APECH, Santiago, 2013)
Señala: “La caverna, además de concepto, se puede usarcomo verbo, como espacio de suspención en donde se procesaría una imagen exterior, para una ejecución en el exterior: cavernar. La caverna puede ser una proyección fisica de la mente. Un lugar con límites, privado, como una pieza, donde uno hace y deshace mentalmente. Aunque todo el tiempo pasemos por el exámen de conciencia, la pieza o cueva es el lugar donde la cabeza se expresa físicamente, o descansa. Lo diferencio del taller, al considerar que tiene una utilidad productiva, carácter diferente al de la pieza, el lugar donde uno se muere todos los días. Suena cursi pero uno esta dimensión con la de los cavernarios, que dormían en las cavernas y experimentaban la maxima vulnerabilidad (el sueño) en ellas. Cavernas, chozas, lo que se pueda: se asocia rápidamente con rudimentos, precareidad, cosas toscas. La caverna para mí está mucho más cerca que los cientos de miles de años e historias que nos separan de ellas”.
Kevin Parra (Santiago, 1992). Licenciado en Artes Visuales y en pedagogía en Artes Visuales de la Universidad Andrés Bello. Sus exposiciones individuales son Malos hábitos de estudio, Biblioteca Viva Norte, Santiago (2017), Los dolores del corazón, Biblioteca Viva Norte, Santiago (2016) y Grato ambiente familiar, Galería Laboratorio 01, Santiago (2014). Además ha integrado las muestras colectivas Tutopia, Galería Casa Uno, Santiago( 2017); Donde vivimos nosotros tenemos jardín, Galería Balmaceda Arte Joven (2017); Lecturas Visuales de Poesía Medular, CCMP, Rancagua (2016); Bienestar, Galería Campus Creativo, Santiago (2016); Identidad, Expresión, Independencia, Biblioteca pública de Independencia Pablo Neruda, Santiago (2016); La Resistencia, Centro Cultural de Recoleta, Santiago (2014); El Buffet, Galería El Cubo, Santiago (2014); Paisajes, Sala Manuel Rodríguez, Santiago (2014); Apología de lo Real, Galería Sub-Terra, Santiago (2013)
Señala: “La caverna es una trinchera de resistencia. Dejar de creer, y enfrentarse a la realidad. Materia bruta. Lo prehistórico siempre es tosco porque es puro material”.
Christian Yovane (Santiago, 1979). Licenciado en Artes Visuales (2002) y egresado del Magíster en Artes Visuales de la Universidad de Chile (2004). Entre sus exhibiciones individuales destacan: Los Infelices , Metales Pesados, Santiago (2014); Crack (Bi-personal), González y González, Santiago (2012); La Cruda , Galería D21, Santiago(2012). Y en las colectivas: Haciendo Días, Centex CNCA, Valparaíso (2017); FILAAC, Galería Marta Traba, Sao Paulo (2014) ; Robo con Fractura, Local Arte Contemporáneo, Santiago (2013); SANFIC 08’ Shoot the Shooter: Panorámica de Videoarte Latinoamericano , Centro Cultural La Moneda , Santiago (2012); Operación Verdad o la Verdad de la Operación, Museo de la Solidaridad Salvador Allende, Santiago (2011); Indios Verdes Proyecto Sin Muros, Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago (2011); Imagen Local, Museo de Arte Contemporáneo MAC, Santiago (2011); Topsy, Six D.O.G.S Gallery, Atenas (2010); Estrechez de Corazón, galería D21, Santiago (2009); Cohortes 02-07’ Museo de Arte Contemporáneo, Santiago, (2008); In.Co.Nexo, BAC Festival 08′, CCCB , Barcelona (2008); Apetito de Destrucción, galería Animal, Santiago (2005).
Escribe César Gabler: “Christian Yovane ha desarrollado su obra en los medios del video y el dibujo. El dato no es irrelevante. Valiéndose de tintas, dispone sus imágenes a partir de operaciones que deben tanto al montaje cinematográfico, como al cadáver exquisito de los surrealistas. Sus personajes, casi siempre extraídos de revistas antiguas, se aíslan o se funden, provocando un particular efecto de extrañeza. Cuando opta por aislar las figuras parece sugerir que algo se esconde en ellas. La aparente familiaridad se vuelve inquietante e instala una pregunta sobre el sujeto que se tomó el trabajo de elegirla y de copiarla. El ojo de Yovane parece debatirse entre la arqueología, la nostalgia y una afición casi patológica por las huellas menos esperables del pasado. Siguiéndolas, el espectador desemboca en un relato que se aleja de la moral y la pedagogía”.