No images found, please add some images.

Pintamonos

← Volver

 
 
 

Pintamonos es una exposición colectiva que surge de una agrupación homónima, nombre asumido espontáneamente por Jaime Alvarado, Juan Dávila, Raimundo Edwards, Rodrigo Galecio, Gerardo Pulido y Camila Valenzuela. Pertenecientes a distintas generaciones, esto/as artistas, en su mayoría, viven y trabajan en Santiago de Chile.

La exhibición consiste fundamentalmente en una muestra de pintura. El conjunto de obras incluido fue inevitablemente hecho preguntándose qué pintar y cómo pintar hoy. Por cierto, el oficio de cualquier pintor contemporáneo es practicado en una época digital y global aunque este grupo de artistas se resiste a abandonar lo vernáculo (cuestión patente en algunos títulos de obras, por ejemplo). Además, cada “pintamono” suele dejarse llevar –cuando trabaja– por el acto mismo de pintar y, para esta exposición, se dispuso a la colaboración entre colegas; la expectativa era aprender del otro.

Echando mano a un repertorio iconográfico personal o estableciendo un paralelo énfasis en diferentes asuntos (lo que puede finalmente distinguir una autoría de otra), todas las propuestas en Pintamonos resultan de una ineludible práctica de taller. Práctica donde se impone lo manufacturado, la meta de conseguir una imagen articulada y, como se ha dicho, una apertura hacia los “monos” y modos ajenos, lo cual representa, entre otras cosas, una suspicacia ante la exaltación del yo. Cierta cuota de irreverencia (sobre la que ya predispone el título de la exposición) también sería compartida.

El origen de Pintamonos se remonta a 2019. Una tarde de marzo de ese año, se gestó en el departamento de Rodrigo Galecio una reunión sin una expectativa muy clara. Había un aprecio recíproco, lazos de amistad y un fuerte interés por la pintura. Eso era todo y, se creía, ya era bastante. Mientras, el prestigio internacional del chileno- australiano Juan Dávila parecía intimidante. Dávila estaba de paso por Chile y despuntaba indudablemente como el más experimentado del grupo.

Otra de las visitas de Juan Dávila a Santiago, ocho años antes, pudo ser el primer germen de Pintamonos. Volando a fines del 2011 desde Melbourne (donde él vive), fue Taller BLOC la sede de una muestra individual del artista y de una charla memorablemente multitudinaria. Dávila no exhibía obra inédita desde 1997 en nuestro país y un “proyecto independiente” auto-gestionado por artistas había logrado invitarlo (BLOC funcionó entre 2009 y 2022, siendo fundado y conformado por Galecio, Pulido y tres integrantes más; Alvarado, Edwards y Valenzuela recibieron tutorías allí).

Al poco andar, la integración de Dávila en Pintamonos exigió una igualdad de trato. Él mismo la solicitó. Así, mensajes por correo y WhatsApp, cafés amistosos y otras “juntas” vienen construyendo la breve historia de una asociación informal, poco programática y dislocada por la distancia (geográfica, al menos). Mucha foto adjunta, varios registros de pinturas terminadas y en proceso han establecido una ineludible manera de intercambiar opiniones.

Pero hoy es la presencia, la experiencia ante las obras en Galería MADRE, la encargada de literalmente exponer dicha interacción grupal y la relación de cada artista con la imagen pictórica. Además de pinturas individuales, el público encontrará trabajos totalmente concebidos para la ocasión: algunas colaboraciones (obras hechas a dúo) y la edición de seis serigrafías. Podrá reconocer, por ejemplo, el uso del alla prima (Dávila) y de lo textil (Valenzuela), siluetas vaporosas (Edwards) y retículas vibrantes (Galecio), figuras de abstracción orgánica (Alvarado) e imitaciones de materiales (Pulido), todo lo cual sería un repertorio que se resiste, en Pintamonos, a consolidar meramente una firma personal.