Santiago, 1979
Desde finales de 1990 la artista ha desarrollado su trabajo plástico alrededor de la fotografía, extendiéndose también al video y la instalación. Su imaginario comenzó retratando la intimidad del espacio cotidiano y se ha extendido al paisaje y la arquitectura despojada de su finalidad utilitaria, mostrándola siempre al desnudo, en estado de vacío o abandono.
Recientemente la artista ha experimentación con emulsión fotosensible sobre metales, láminas de cobre y pan de oro. Como resultado ha obtenido la unión del paisaje con el soporte y la historia que ambos comparten: la extracción del mineral, el territorio y su entorno.